Levedad

No estaba muerta muertal, sólo andaba recordando que cuando atravesó aquellas enormes nubes que parecían algodones, se dio cuenta que hay algo mejor que volar....
FLOTAR
Esta noche hay luces en el cielo y luces en sus sueños

Naranja a caña

Hay tardes tan cómodas, tan naranjas, tan unitarias, tan a la altura de los árboles, que comienza a escuchar desde el fondo de sus oídos un solo de flauta, casi tan igual a como lo hacia el abuelo con olor a caña viva y con dolor a viva caña.



Saca una foto y pega una sonrisa de postal en la pared morada. Por intuición puede decifrar que comienza su síndrome de fugitiva nº 508, sus locas claustrofobias... es que está foto la sacó desde la oficina.

Para Arrancar Sonrisas

Mira la palma de tus manos, tienes lineas que se cruzan y dibujan rutas...


Una vez atravesó los aires de oeste a este, buscando en su libreta palabras que le explicaran, porque sentía que estaba a punto de dejar atrás esos latidos profundos que casi no la dejaban respirar.


En el despegue de sus errores, se dio cuenta que ya estaba escribiendo la nueva historia que la haría buscar esa misma libreta, y sentada, mirando a través de una ventana, se le escaparía una sonrisa de pentagrama.

Asiento 13, como de buena y mala suerte; se sentaron uno al lado del otro para que en unas cuantas horas sus momentos se unieran sobre el cielo tropical.

Él con la música en su boca, en sus dedos, le enseño que hay cosas en la vida que sirven para echarle combustible al largo andar. Ella con sus besos enamorados, le decía que no existe en la vida tanta casualidad... su encuentro había sido el perfecto encuentro de una histora de amor.

Un rayo de sol les iluminó las miradas, habían llegado, y en medio de la confusión sin darse cuenta se alejaron. Mala manía la de ella, andar con la cabeza revuelta y siempre a mil por hora. Finalmente le pidió permiso, volteo y miro sus ojos color mar en un mar extraviado; siguió por el pasillo con el morral cruzado y el corazón?... en la mano.

Temo decirles que nunca hubo un adiós, ese, se quedo impregnado en el no lugar... o talvés era la pista que necesitaba para darse cuenta que había más líneas por completar.

El mundo es un pañuelo meu bem, y si vuelves a mirar en la palma de tus manos esas líneas que se cruzan, entre cruzan y dibujan rutas... tienen nombres grabados...