el Mar que tiene como Ojos

Estaba mirando fijamente el reflejo en el mar de esa enorme y brillante cruz que le hacia recordar tantas postales frustradas; a su redor autos, más luces y espacios azules profundos que se confundían entre cielo, mar y tierra.
Tenia entre sus dedos un par de anillos vitalicios, de esos que cuando te los quitas dejan huella de veranos pasados, y pasados también eran los comentarios sobre ellos.
Había llegado hasta el final del pavimento para exhalar el día, tan pesado como su cartera al hombro; entre tanto email, file a la fecha, apretaditos por la mañana, amistades lejanas y latidos sin sonido, su reproductor había dado la vuelta completa por primera vez; pensó que era hora de hacer una nueva lista, depurar lo que comienza a volverse aburrido, fastidioso y poco armonioso... sabía que probablemente a la mañana siguiente querría todo como antes, pero ya llegaría el momento en que lo nuevo de la vuelta completa otra vez, entonces talvés ahí podría comenzar a reconsiderar... talvés no... talvés los comentarios sobre los anillos vitalicios se vuelvan postales que sí lleguen a sus destinos; talvés logré fijar su mirada sobre el reflejo de la misma cruz brillante, pero está vez sobre el mar que tiene como ojos ella al frente suyo, palpante y delirante... talvés su próximo suspiro del día tenga nombre, apellido y saco propio.

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