Gustaba de sentir el viento rozando su cara, esa velocidad de lo que parece detenerse.
Con los ojos de arriba a bajo se la paso viendo el recorrido de unas cuantas gotas gruesas de lluvia, creyó entonces que había encontrado la naturaleza de lo que se transforma; de mares a nubes, de nubes a tierras, a mares… A-Mar-Es…

Andando andaba, con la profesión bajo el brazo, hasta que llego a los caminos de Santiago y le susurraron al oído que la verdadera profesión del ser humano es buscar lo que realmente es.

Se confundió, pero al final no se preocupo de nada, lo olvidaría como todo lo que olvida, no sabe si por desmemoriada o por distraida, o porque se transforma A-Mar-Es... Por eso prefiere archivar algunas cosas, como los versos que archivo de Pessoa en su carpeta de luna manuscritos :
Tenho tanto sentimento
Que é freqüente persuadir-me
De que sou sentimental,
Mas reconheço, ao medir-me,
Que tudo isso é pensamento,
Que não senti afinal.

Temos, todos que vivemos,
Uma vida que é vivida
E outra vida que é pensada,
E a única vida que temos
É essa que é dividida
Entre a verdadeira e a errada.

Qual porém é a verdadeira
E qual errada, ninguém
Nos saberá explicar;
E vivemos de maneira
Que a vida que a gente tem
É a que tem que pensar.

No hay comentarios: